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miércoles, 19 de junio de 2013

HISTORIA DEL HOMBRE DEL SACO

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Los monstruos infantiles están presentes en todas las culturas, incluyendo la historia del hombre del saco. Como diría el escritor Jorge Luis Borges, "uno de los hábitos de la mente es la invención de imaginaciones horribles"; pero es la cabeza de los niños donde estas fantasías cobran vida y se transforman en realidad, porque para ellos la línea entre lo que existe y lo que no, es muy delgada.


HISTORIA DEL HOMBRE DEL SACO


La historia del hombre del saco ha pasado de generación en generación al igual que otros muchos cuentos de "asustachicos". La razón del por qué su leyenda ha sido transmitida es que permite, a través del miedo, controlar la conducta de los niños.

De esta manera, "el hombre del saco" constituye un componente "educativo" que en el pasado permitía enseñar a los más jóvenes, de modo fácil y sin espacio a interpretaciones, las conductas permitidas y las no permitidas dentro de la sociedad. Aún hoy en día se trata de una práctica muy extendida (pese a que la psicología infantil no lo recomienda) como lo evidenció en 2011 el profesor Manuel Hijano del Río, de la Universidad de Málaga, España, en su artículo "Figuras del miedo en la infancia...".

De acuerdo con sus conclusiones, "el hombre del saco" o "el hombre del costal" como se le conoce en México (también se habla mucho del "robachicos", en España es nombrado el "sacamantecas" porque se dice que roba a los niños para sacarles la grasa), mantienen su "popularidad" incluso entre las nuevas generaciones pues logran el efecto deseado: inculcar la obediencia a través del pánico o del terror a la desconocido. "Ya vete a dormir o si no vendrá el hombre del costal" o "cómete tu sopa o vendrá el hombre del saco y te llevará", son frases que solemos escuchar aún en muchas madres.

La historia del hombre del saco es muy antigua, en realidad se trata de un cuento para asustar y obligar a los niños a obedecer a sus mayores, y se pueden rastrear historias muy similares desde tiempos inmemoriales sólo con diversas variaciones del personaje según la cultura y la ubicación geográfica.

Es fácil considerar que la creencia en un monstruo que habitara en un acantilado o dentro de un pozo podría servir para alejar a los jóvenes y evitar que cayeran ahí por accidente; pero a veces la materia prima de la que se abastecen los pueblos para dar forma a sus asustadores puede procede de algún suceso real que consternó profundamente a la comunidad.

Tal parece haber sido el caso de la historia del hombre del saco, figura presente en varios países de habla hispana. La leyenda dice que se trata de un individuo de edad avanzada que por las noches ronda entre las calles en busca de niños perdidos. Cuando se encuentra con uno, lo atrapa en un costal que carga al hombro; aquel que es capturado jamás vuelve a ser visto. Tal personaje es usado para que los niños eviten estar fuera de sus casas a altas horas de la noche; sin embargo, en la España de fines del siglo XIX y principios del XX estuvo lejos de ser una simple mentira para reprimir infantes.

En aquella época se extendió la creencia de que la sangre y la grasa de los niños curaba enfermedades como la tuberculosis. Varios fueron los casos que se registraron de criaturas a las que se secuestró con este fin, y cuyos fluidos eran vendidos a elevados precios. El más conocido fue el caso de Francisco Leona, autor del llamado "Crimen de Gador", quien capturó a un niño de 7 años para extraerle la sangre.

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