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Les transcribo a continuación un texto interesante sobre religión y superstición. El autor se llama Alfredo Zambrano, para ver el artículo completo pueden ir a: http://tudesarrollo-integral.com/blog/2010/10/enemigos-del-progreso-de-la-humanidad/
"No hay duda, que los dos males que más daño le han propinado al hombre y a la mujer en toda su historia han sido El fundamentalismo religioso y la superstición.
Se entiende por fundamentalismo religioso “la sublimación fanatizada de un dogma, una idea o un concepto religioso que se pretende imponer a todos los hombres so pena de ser condenados y devorados por un Dios justiciero de quien -según los fundamentalistas- procede su credo”.
Y se entiende por superstición “el rebajamiento de la razón y su sometimiento a concepciones subjetivas y desatinadas, carentes del verdadero brillo del ser espiritual y humano”.
Tanto el fundamentalismo religioso como la superstición pueden considerarse “credulidad ciega” y un claro “estado de irreflexión”, que induce a hombres y pueblos enteros a cometer los más alocados y funestos desaciertos contra sí mismos y contra todo lo que los rodea.
Ambos morbos conducen a sus dirigentes y adeptos a creerse más “sabios” y “santos” que las demás personas y, por ende, a menospreciar a aquellos que no los siguen o no comparten sus extravíos, tildándolos de herejes, apóstatas o seres descarriados y otros epítetos propios de su jerga despectiva.
Creerse “dueño de la verdad absoluta” y juzgar a los demás por no ser parte de sus creencias es verdaderamente la madre de la estupidez y la barbarie, un atropello a la dignidad del ser humano y a su libertad de consciencia.
Los seres fanatizados, si pudieran “ajusticiar” a los que ellos califican como “infieles”, no dudarían en hacerlo. Si estuviera en sus manos “confinar a los descarriados a la ignominia y a la vejación” más acérrimas, no tardarían un instante en llevarlo a cabo. Son despiadados en sus adentros, sembradores de odio y devastación moral, familiar y social. Salvaguardan más sus “creencias” que al mismo ser humano, aunque ese ser humano sea su propio pariente o hermano.
¡Ay de aquellos que se exaltan como “maestros” de una “verdad absoluta” que dicen poseer del mismísimo Dios y cunden al mundo con sus enfermizos y ponzoñosos credos!
¡Ay de aquellos que apelando a la crítica despiadada, a la calumnia, al chantaje y a la coacción se imponen como “guías infalibles” a sus ávidos discípulos!
¡Ay de esos que llamándose “tutores” de las nuevas generaciones, educan a su gente para la ofensa y la desconsideración!
Amigos y amigas, existe un camino seguro y una doctrina perdurable: la sensatez, la moderación y la reflexión, que abarca el respeto a la dignidad de todas las personas y las acciones de generosidad y justicia social.
¡No más fanatismos, no más intolerancias, no más sembradores de aversión y de caos!
¡Que viva la dignidad de los seres humanos, con sus virtudes y flaquencias!
¡Que vivan los pueblos con sus declives y grandezas!
Paz para ti, paz para tu casa y paz para todo lo tuyo.
Alfredo Zambrano G."
Etiquetas: Religión y superstición