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Este puente de fiestas patrias lo pasé en una hermosa hacienda en Morelos. Un lugar apartado en donde al obscurecer se escuchan toda clase de sonidos.
Entre los muchos sonidos que oyes por las abandonadas noches se encuentran: gritos, voces fantasmales, personas lamentándose, etc.
Pues bien, todos estos sonidos no son más los sonidos naturales de los animales, pues muchos de ellos tienen ritmos de sueño diferentes a nosotros y sus mugidos o relinchos se pueden dar a lo largo de la noche, dando la impresión de ser gritos o cualquier otro sonido humano.
Algo muy parecido pasa con el maullido del gato, que en ocasiones se parece al llanto de un bebé. En realidad somos nosotros, o mejor dicho nuestro cerebro, quien trata de interpretar ese sonido y hacerlo más familiar para nosotros; de manera que termina percibiéndolo como un sonido humano básico: llanto, grito o lamento.
Etiquetas: Los sonidos animales pueden llegar a confundirse con sonidos humanos