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Todos conocemos algunos mitos del mar, historias creadas por aquellas civilizaciones que tuvieron la fortuna de asentarse de las aguas y navegar los mares.
Desde dioses como Poseidón (o Neptuno, su versión romana) hasta monstruos y seres mitológicos como el Kraken o las sirenas.
El mar es uno de los paisajes más rodeado de mitos, debido a que a distancia parece infinito y porque no conocemos los límites de su profundidad. Al no poderse explicar lo que pasa en las profundidades y horizontes, los hombres de antigüedad inventaron historias que les daban respuestas y cierto control sobre lo desconocido.
Además de los "grandes mitos", también surgieron historias más modestas pero igualmente fantasiosas acerca del mar, la navegación y los barcos. Fantasías que se mezclaban con la ideología popular y la idiosincrasia de la sociedad, como por ejemplo la creencia de que las mujeres traen mala suerte si suben a un barco o que no se puede hablar de accidentes porque podrían suceder.
Estas pequeñas historias incluyen barcos fantasmas, naves que fueron repentinamente abandonadas o cuyos tripulantes murieron de forma inexplicable; o fechas en las que no se puede navegar por estar supuestamente vinculadas a episodios bíblicos como la muerte caín o la destrucción de Sodoma y Gomorra.
La larga lista de mitos del mar y sus supersticiones también incluye pequeñas creencias populares como que los plátanos dan mala suerte en un barco, lo mismo que pronunciar la palabra cuchillo o gato (aunque subir un gato a un barco trae buena suerte según la creencia).
Por último, la mayor parte de las supersticiones tienen que ver con el miedo a la muerte, peligro real en altamar durante los tiempos antiguos. De manera que alrededor de la navegación surgieron muchas supersticiones y rituales:
-Evitar ponerle al barco nombres relacionados con los incendios, tormentas o relámpagos.
-Bautizar el barco con una botella de champaña. Esta costumbre se deriva del antiguo rito vikingo, en el que usaban la sangre de un prisionero para "bautizar" el barco en honor a los dioses; el rito de la sangre evolucionó y se cambió la sangre por vino tinto y finalmente llegó nuestros días en forma de champaña.
-Usar arillos metálicos en las orejas para alejar las tormentas.
-Que un gallo cantara a bordo de la nave era considerado un mal augurio y si un tiburón seguía a la embarcación se pensaba que algún tripulante moriría.
-Se creía que los marinos muertos reencarnaban en albatros y si se mataba alguno se tendría mala suerte por el resto de la vida.
-Además de las mujeres, se creía que la presencia de sacerdotes en un barco atraía las tormentas, y jamás se permitía que un finlandés subiera a un barco pues tenían fama de brujos.
-Estaba prohibido silbar, ya que según la creencia los silbidos atraen a las tormentas; y no se podía chocar una copa, pues supuestamente cada vez que se escuchaba el sonido algún marino moría en alguna parte del mundo.
-Los ataúdes eran considerados de mala suerte al igual que los muertos. Si un marino moría a bordo, se le metía en una mortaja con una bala de cañón adentro y se le cocía la nariz con la última puntada para que su fantasma no persiguiera el barco.
-Los hombres que caían al mar no eran rescatados ya que se consideraba que hacer eso era interferir con el destino y las decisiones de los dioses. Además, ver un cadáver flotando a la deriva era señal de mala suerte.
Etiquetas: Mitos del mar