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De a cuerdo con algunos estudiosos existen tres tipos de superstición.

Estos tipos de superstición son:

• Supersticiones religiosas
• Supersticiones culturales
• Supersticiones personales

TIPO DE SUPERSTICIÓN RELIGIOSA

Aquellas supersticiones que se derivan de los discursos religiosos, aunque no necesariamente coinciden con el canon original de la propia religión. Por ejemplo, la creencia de que tener 13 comensales en una mesa es de mala suerte, derivada del relato de la "Última Cena" en donde había 13 personas.

Las religiones en general pueden considerarse supersticiones, a menos así es para las personas que consideran que toda religión que no sea la suya es una superstición o "falsa creencia". Por ejemplo, cuando el Imperio romano adoptó la religión católica como oficial, el emperador Constantino consideró supersticiones a las creencias de la antigua religión vigente en ese dominio.

También los conquistadores españoles tildaron de supersticiosos a los indígenas americanos que profesaban sus cultos tradicionales, y para los protestantes la veneración de las reliquias e imágenes de los santos son actos de superstición. Para quien no profesa ninguna religión, todas son supersticiones.

TIPO DE SUPERSTICIÓN CULTURAL

Cualquier cultura en cualquier época generó supersticiones sobre aquellas prácticas que pueden atraer buena o mala suerte o alejar peligros relacionados con la enfermedad, la pérdida o la muerte. Entre las más extendidas puede mencionarse la superstición del llamado "mal de ojo", según la cual la sola mirada malintencionada de ciertas personas (ancianas, mujeres sin hijos o aquejadas de una discapacidad, extranjeros, etcétera) es capaz de maldecir para siempre a un recién nacido.

También es digna de mención la creencia en el poder de un amplio catálogo de amuletos para conjurar la desgracia. Es posible que tales supersticiones hayan aparecido en la magia primitiva anterior a las religiones y lograron perpetuarse hasta llegar a la soledad contemporánea.

TIPO DE SUPERSTICIÓN PERSONAL

Las supersticiones personales son creencias específicas de un grupo minoritario (un pueblo, una familia, los miembros de un gremio o profesión) o de individuos aislados. Los toreros por ejemplo, cuentan con varias supersticiones que les son distintivas como evitar que la montera sea puesta sobre la cama, o rechazar los trajes de un color específico, como el naranja o el amarillo.

Las de individuos aislados son muy diversas y se originan en factores psicológicos y experiencias previas mal asimiladas. Un estudiante puede pensar que siempre que responda un examen empleando determinado bolígrafo obtendrá una buena calificación, y un apostador puede identificar un "número de la suerte" que, según su idea, le traerá ganancias ingentes.

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Mucha gente tiene muchos trucos para tener suerte en el juego de azar, y realiza toda clase de sortilegios para aumentar sus probabilidades de ganar.

A decir verdad, es muy poco probable que alguno de esos trucos resulte para tener suerte en el juego de azar, ya que son meramente supersticiones.

Entre algunos de estos sortilegios para tener suerte en el juego de azar están:

• Respirar profundo sobre los naipes. Proviene de una vieja creencia que asegura que el alma radica en el aliento, por lo tanto al soplar se transmite el propio espíritu a la baraja.
• No cruzar brazos o piernas para que la suerte no se aleje.
• Sujetar los naipes utilizando ciertas posturas.
• Frotar los dados para comunicar el poder metafísico.
• No jugar en mesas sin tapete porque es de mala suerte.
• No jugar antes de las seis de la tarde los viernes.
• Clavar un alfiler en el abrigo para atraer la buena suerte.
• No jugar contra un bizco.
• Creer que una carta que sea cae al piso es un mal presagio.

Quizá una de las creencias más extrañas en cuanto a supersticiones de juego de azar se refiere, se encuentra en el Casino de Montecarlo, en donde se piensa que después de un suicidio todos los que jueguen contra la banca ganarán.

Los jugadores compulsivos son los que más trucos utilizan para tener suerte en el juego de azar, quizás en sus desesperación por tratar de controlar el juego y la fantasía de obtener ganancias de forma fácil.

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El significado de la palabra superstición es difícil de exponer, y no porque no se sepa a ciencia cierta qué es una superstición, sino porque hay varias definiciones al respecto.

Un significado de la palabra superstición es el siguiente:


"Un conjunto de creencias o prácticas de inspiración religiosa presentes en un individuo o grupo que resultan incompatibles con el nivel del conocimiento científico o teológico adquirido por ese individuo o grupo"


Este significado de la palabra superstición, fue propuesto por Sylvain Matton en la entrada "Superstition" de la Encyclopaedia Universalis.

La superstición implica convicciones de distintos grados que no se sustentan en una base racional y tienen una fuerte carga de subjetividad: lo que algunas personas defienden como hechos comprobables mediante una serie de sesgos y distorsiones en sus procesos de pensamiento, para otras se trata de fenómenos fácilmente descartables si se les analiza con objetividad.

Es decir, para unos las supersticiones son hechos verídicos simplemente porque así lo creen, así lo aprendieron, así lo asociaron: si les pasan cosas buenas por portar un crucifijo, dan por hecho que esa superstición es cierta. En cambio, hay otros que necesitan de pruebas reales, tangibles y medibles, para creer.

En algunas ocasiones el significado de la palabra superstición implica creencias individuales, pero otras veces la superstición alude a creencias colectivas.

Hay muchas definiciones y significados de la palabra superstición, mismos que podemos encontrar en enciclopedias, diccionarios, sitios, web, etc. Aunque son muy diversos y variados, la mayoría coinciden en que la superstición es una creencia personal heredada ya sea de un sistema religioso, cultural o familiar.

Por lo tanto, las supersticiones pueden ser creencias personales y privadas, como en el caso de los amuletos de la buena suerte; o de dominio público, como son las creencias difundidas sobre los gatos negros y las patas de conejo.

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Alrededor del mundo hay diversas creencias y supersticiones respecto a cientos de temas y hábitos cotidianos de la gente.

Llama la atención que las creencias y supersticiones tengan lugar en toda la historia de la humanidad, sin importar la cultura, ubicación geográfica, nivel de educación o incluso religión, en todas partes vemos que la superstición surge.

Evitar pasar por abajo de una escalera, no entregar un salero en la mano, tocar madera para conjurar el infortunio o tener especial cuidado en no romper un espejo son, en plena época de la información y el desarrollo tecnológico, algunos de los muchos ejemplos que podemos encontrar en cuanto a creencias y supersticiones se refiere.

Como podemos observar, son numerosas las prácticas o costumbres que aún reflejan el poder de la superstición sobre nuestra mentalidad. Podríamos citar decenas de tales creencias, entre las germinadas en diversas culturas a lo largo de los siglos y las particulares de espacios geográficos y sociales más limitados.

Hay quienes toman a pecho todas estas creencias y supersticiones y eluden, por ejemplo, llevar a cabo acciones relevantes en un martes 13 ("ni te cases, ni de tu casa te apartes" o "ni te cases ni te embarques" son refranes populares sobre el martes 13).

También hay quienes tratan a las creencias y supersticiones de modo lúdico, pero no por eso las olvidan. Aunque no las toman en serio ni creen en ellas (no creen realmente en la mala suerte o que algún infortunio les vaya a suceder si no hacen x ó y ritual), sí las tienen muy presentes en su vida cotidiana y a veces hasta las citan como broma en sus conversaciones: "Ojalá que eso nunca me pase, yo por eso toco madera".

Lo interesante es que fuera de los grados de aceptación o apego, nadie sabe cuál es la base racional de estas creencias y supersticiones o cómo se originaron; a pesar de ello se continúan transmitiendo de generación en generación, como una especie de códigos culturales en la periferia de los distintos cursos racionales aceptados.

Quizás por eso, al tratarse de una herencia cultural, cueste tanto trabajo deshacerse de la influencia de todas esas creencias y supersticiones, que en muchos casos llegan a limitar nuestras acciones.