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miércoles, 3 de noviembre de 2010

Supersticiones II

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Hace tiempo comentábamos que la superstición no tiene nada que ver con la condición económica o la inteligencia de una persona, cualquiera puede ser susceptible de creer en supersticiones y fenómenos paranormales. Ésto ha sido confirmado por un estudio realizado por dos sociólogos en Estados Unidos.

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Si quieren ver la nota completa pueden hacerlo aquí (en inglés).

Buena parte de las supersticiones y creencias en lo sobrenatural, devienen de la necesidad de nuestro cerebro para encontrar orden y patrones en sucesos completamente aleatorios. De ahí que nuestra cultura y educación definan en buena parte las interpretaciones que hacemos de nuestro entorno y a qué tipo de fenómenos sobrenaturales somos más susceptibles.

De manera que podemos encontrar "creyentes" en todos los estratos sociales, desde aquellos con pocos ingresos y baja educación académica hasta los médicos cirujanos más exitosos; sin embargo, el estudio realizado por los sociólogos afirma que las mujeres son más propensas a creer que viven en casas encantadas, los graduados universitarios son más propensos a tener experiencias fuera del cuerpo y los hombres solteros blancos son más propensos a creer en los ovnis.

En este mismo sentido, las personas moderadamente religiosas, son más propensas a creer en los fenómenos paranormales.

Además de nuestra cultura, el entorno es otro factor a considerar en cuanto a la creencia en la superstición. Dado que nuestro cerebro siempre está en constante esfuerzo para encontrar patrones, mientras más caos y estímulos tenga el ambiente, más interpretaciones erróneas puede existir.

De ahí que la superstición y los fenómenos místicos vayan en aumento en estos tiempos modernos, pues vivimos en un mundo con una cantidad impresionante de estímulos auditivos y visuales, sin contar con los constantes cambios económicos, tecnológicos y políticos.

Incluso en televisión se ha notado que el interés por estos temas se ha incrementado en los últimos treinta años, pues actualmente hay más programas sobre casas encantas, niños psíquicos o cazadores de fantasmas que en los años 70' u 80'.

Nuestro estado de ánimo también influye con respecto a los fenómenos paranormales, mientras más ansiedad tengamos (algo también muy común en esta época debido al estrés que produce la vida moderna) seremos más propensos a creer en lo sobrenatural. De hecho muchas de las personas que consultan adivinos y tarotistas, viven una gran ansiedad e incertidumbre en sus vidas.

¿Y por qué es tan fácil caer en todas estas creencias supersticiosas y sobrenaturales?

Porque nuestro cerebro está determinado a creer que todos los patrones son reales, algo que nos puede salvar la vida en determinado momento.

El que nuestro cerebro encuentre patrones en todo es en realidad una gran ventaja que nos ha permitido sobrevivir y evolucionar a lo largo de milenos; pero debemos estar conscientes de que no todo lo que percibimos es real.

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